¿QUÉ ES EL GLACUCOMA?
Es una enfermedad que no causa dolor, cursa sin apenas síntomas, la visión va disminuyendo paulatinamente y en muchos casos, sin darnos cuenta ya que se va perdiendo periféricamente de forma progresiva y lenta. Por eso, es fundamental acudir a una revisión oftalmológica al menos cada dos años tras cumplir los 40 y anual después de los 60. El diagnóstico precoz del glaucoma mejora su tratamiento, su pronóstico y permite que no siga progresando.
No obstante, en casos de ataque de glaucoma agudo se pueden presentar los siguientes síntomas:
- Pérdida repentina de la visión.
- Fuertes dolores en el ojo y la frente.
- Enrojecimiento ocular.
- Náuseas y vómitos.
- Visión de arcoiris o halos de luz.
FACTORES DE RIESGO EN EL GLAUCOMA
Existen algunos factores que pueden incrementar el riesgo de padecer glaucoma:
- Ser mayor de 40 años.
- Ser de ascendencia africana, hispana o asiática.
- Tener antecedentes familiares de glaucoma.
- Contar con una presión ocular elevada.
- Tener hipermetropía o miopía.
- Tener una córnea más adelgazada en la zona central.
- Seguir un tratamiento prolongado con esteroides.
- Haber sufrido un traumatismo ocular.
- Padecer otras enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, migrañas…


TIPOS DE GLAUCOMA
Existen varios tipos de glaucoma. Cada uno tiene un origen y una evolución diferentes. No obstante, en la mayor parte de los casos se trata de un glaucoma crónico simple o de ángulo abierto.
TRATAMIENTOS PARA EL GLACUOMA
El tratamiento del glaucoma depende de las características de cada paciente y del estado en el que se encuentra la enfermedad. Por ello, es fundamental llevar a cabo un estudio detallado de cada paciente, que incluirá una historia clinica, un examen oftalmológico con lámpara de hendidura y pruebas complementarias.
De manera general podemos decir que los tratamientos de glaucoma suelen comenzar con un tratamiento farmacológico a base de colirios para reducir la presión intraocular. No obstante, es frecuente que algunos pacientes no experimenten mejoría con este tratamiento o no sea suficiente y haya que recurrir a otras opciones como la terapia con láser. Sin embargo, no puede aplicarse a todos los pacientes. De ahí, la importancia de contar con un estudio personalizado de cada paciente.
En último término, se recurre a la cirugía del glaucoma. En la actualidad, existen cuatro tipos de intervenciones quirúrgicas para tratar el glaucoma:
Cirugía del glaucoma mínimamente invasiva
En esta categoría está el implante Xen, un pequeño tubo que se introduce en el ojo para permitir la salida regulada y controlada del humor acuoso y reducir así la presión intraocular.
Cirugías filtrantes del glaucoma
En este tipo de intervenciones se encuentran la trabeculectomía y la esclerectomía profunda no perforante. Ambas tienen como objetivo crear una ruta alternativa para el humor acuoso, lo que ayuda a reducir la presión intraocular.
Dispositivos de drenaje o válvula
Es un tratamiento quirúrgico mediante el cual se introduce un tubo en el espacio intraocular y que facilita la salida del humor acuoso hacia un reservorio o plato situado en el espacio subconjuntival ayudando así a reducir la presión intraocular.