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Glaucoma, todo lo que el paciente debe saber

Artículo actualizado el 30/03/2023

El glaucoma es una de las enfermedades oculares más graves. De hecho, es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. Se trata de una enfermedad degenerativa y silenciosa, pues, en sus fases iniciales, es posible que el paciente no tenga síntomas apreciables. El glaucoma crónico no causa dolor y la visión se puede percibir como normal. Esto se debe a que se va perdiendo visión periférica, pero de una forma muy lenta y progresiva.

Debido a su gravedad, esta enfermedad genera muchas preguntas. Por eso, en este post de blog vamos a resolverlas y a hacer un resumen con todo lo que el paciente debe saber acerca del glaucoma.

¿Por qué es grave el glaucoma?

El glaucoma es una de las enfermedades oculares más graves porque es la principal causa de ceguera evitable en el mundo. Esta patología daña el nervio óptico, que transmite las imágenes recibidas por el ojo hasta el cerebro, pudiendo desembocar en la ceguera total si no se trata a tiempo. Los síntomas de esta enfermedad son tan lentos y la pérdida de visión tan progresiva, que en muchos casos cuando se diagnostica ya hay poco margen de recuperación.

¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?

El glaucoma comienza afectando a la visión periférica o lateral por lo que los pacientes apenas se dan cuenta en los estadios iniciales. Cuando la enfermedad ya está muy avanzada, indican que ven como a través de un túnel: su visión frontal se mantiene, pero la visión periférica se ve afectada por lo que se pierde campo de visión y también se pueden ver manchas o zonas negras. Esta situación se conoce como “visión de túnel” o “en cañón de escopeta”.

No obstante, existen algunos tipos de glaucoma, como el glaucoma agudo que sí presentan síntomas apreciables:

  • Pérdida repentina de la visión/visión muy borrosa.
  • Fuertes dolores en el ojo y la frente.
  • Enrojecimiento ocular.
  • Náuseas y vómitos.
  • Visión de arco iris o halos de luz.

¿Cómo se ve con glaucoma?

Como señalábamos, los síntomas del glaucoma suelen ir apareciendo de manera paulatina y los pacientes no aprecian un cambio en su visión hasta que es demasiado tarde. La visión fluctuante o borrosa es la señal más habitual, y puede ir acompañada de halos alrededor de las luces, neblina constante y, en general, pérdida de visión en conjunto.

Causas del glaucoma

El glaucoma es una enfermedad multifactorial y las causas varían según el tipo de glaucoma. En la mayoría de los casos, el glaucoma se debe a un aumento de la presión intraocular.

En otros casos, menos frecuentes, el glaucoma también puede estar causado por un desarrollo inadecuado de las estructuras que conforman el sistema de drenaje del humor acuoso, denominándose glaucoma congénito. Y, por otra parte, también puede producirse como consecuencia de la evolución de otras patologías. En este último caso, hablamos de glaucomas secundarios, causados por enfermedades oculares o sistémicas.

Tipos de glaucoma

Existen diferentes tipos de glaucoma y cada uno tiene una evolución y causas diferentes:

  • Glaucoma de ángulo abierto.
  • Glaucoma de ángulo cerrado.
  • Glaucoma con presión intraocular normal.
  • Glaucoma secundario.
  • Glaucoma pseudoexfoliativo.
  • Glaucoma pigmentario.
  • Glaucoma neovascular.
  • Glaucoma congénito.

Cómo tratar el glaucoma

El tratamiento del glaucoma depende de las características de cada paciente y del estado en el que se encuentra la enfermedad. Por ello, es fundamental llevar a cabo un estudio detallado de cada paciente. No obstante, de manera general podemos decir que los tratamientos de glaucoma suelen comenzar con un tratamiento farmacológico a base de colirios para reducir la presión intraocular. Es frecuente, sin embargo, que algunos pacientes no experimenten mejoría con este tratamiento o no sea suficiente y haya que recurrir a otras opciones.

Entre ellas, está la operación del glaucoma. Existen varias opciones quirúrgicas: la trabeculectomía, la esclerectomía profunda no perforante, dispositivos de drenaje, implante XEN, etc. También existen varios tratamientos con láser para el glaucoma, que representan una opción terapéutica segura y eficaz en determinados casos. Entre ellos está la iridotomía periférica, que se utiliza en los casos de glaucoma por cierre angular primario, en los agudos y en algunos casos, en los pigmentarios. También puede emplearse la trabeculoplastia selectiva láser, para los casos de glaucoma de ángulo abierto. Y para los casos más graves y avanzados, se puede recurrir a los procedimientos ciclodestructivos.

¿Por qué es tan importante el diagnóstico precoz del glaucoma?

Debido a la ausencia de síntomas hasta las fases más avanzadas, el diagnóstico suele ser tardío. Por ello, detectarlo en las fases iniciales la enfermedad mejora su tratamiento y su pronóstico. Es muy importante que tras cumplir los 40, nos sometamos a una revisión oftalmológica cada dos años y a una anual después de los 60. Y en caso de tener antecedentes familiares de glaucoma, la importancia es aun mayor, pues esta enfermedad puede ser hereditaria.

Estos exámenes oculares incluyen una medición de la presión intraocular, la exploración del fondo de ojo y otras pruebas complementarias.

Si necesitas más información acerca del glaucoma, no dudes en ponerte en contacto con los mejores oftalmólogos en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.