CAUSAS
Esta situación se da principalmente en personas, según van avanzando la edad, que pueden sufrir diferentes patologías capaces de dañar el nervio óptico sin que aumente la PIO.
Puede deberse a que la sangre llega con dificultad al ojo, como ocurre con la diabetes, la hipertensión arterial, la hipotensión, la insuficiencia cardiaca, etc., o porque, siendo la circulación sanguínea la adecuada, no llega suficiente oxígeno a los tejidos del ojo a consecuencia de que se padece una enfermedad que cursa con insuficiencia respiratoria.
También puede ocurrir que el daño del nervio óptico se produzca por causas neurológicas, como el padecimiento de fuertes migrañas.
SÍNTOMAS
Las diferencias etiológicas en relación al resto de los glaucomas conlleva también que los síntomas sean diferentes, deteriorándose la visión central con la aparición de puntos ciegos o produciéndose hemorragias en el disco ocular.
Asimismo, en la exploración oftalmológica se pueden detectar alteraciones en diferentes estructuras en la anatomía del ojo, especialmente en el nervio óptico.
TRATAMIENTO
Hay que tener en cuenta que aunque la PIO sea normal, al estar dañado el nervio óptico, ésta puede resultar lesiva para él y aumentar el daño ya existente. Por está razón deberá actuarse farmacológicamente para reducir la PIO.
Otra parte del tratamiento se centrará en identificar y tratar adecuadamente la patología que está produciendo la lesión del nervio óptico, en algunos casos cambiando la medicación.
Por último, aunque es un aspecto que todavía está en fase de investigación, se puede instaurar un tratamiento neuroprotector para proteger al nervio óptico de un daño mayor, lo que se puede hacer con medicamentos utilizados para controlar la PIO. Pese a todo, en este tipo de glaucoma la cirugía también tiene sus indicaciones.

TRATAMIENTO Y CIRUGÍA
El tratamiento farmacológico para reducir la PIO permite frenar la evolución de la enfermedad en algunas personas, aunque en otras puede continuar empeorando.
La identificación de la patología que la está causando y tratarla de forma adecuada es esencial para controlar el glaucoma de PIO normal. Pero si no sucede así, entonces el tratamiento será el mismo que para el glaucoma de ángulo abierto, lo que incluye la cirugía filtrante.
RESULTADOS DE LA OPERACIÓN
En gran parte de las personas en las que se logra reducir la PIO en un 30% se puede frenar la progresión del glaucoma.
En el resto el diagnóstico y el tratamiento pueden ser más o menos complejos, pero generalmente se obtienen buenos resultados, aunque el paciente deberá someterse a controles oftalmológicos regulares.