Para paliar este defecto en pacientes menores de 50 años, se utiliza la técnica del láser excímer. En pacientes con un grosor corneal normal, entre 520 y 550 micras se pueden utilizar dos tipos de técnicas, el Lasik o el PRK”. Los pacientes ideales para este tipo de tratamientos son aquellos que tienen un máximo de 5-6 dioptrías, a partir de ahí no se aconseja esta técnica. Esta misma opción es la que se utiliza para tratar un tipo de astigmatismo que está vinculado con la miopía, el astigmatismo miópico.
En el caso de pacientes jóvenes que tienen un grosor corneal de menos de 500 micras, la utilización del láser se descarta por sus contraindicaciones a largo plazo. En estos casos es recomendable optar por implantar lentes intraoculares ICL.
Cuando ya hablamos de pacientes de más de 50 años, entran en acción otro tipo de técnicas ya que la miopía suele estar también acompañada de presbicia. En estos casos los tratamientos deben hacer frente a los dos efectos a través de la extirpación del cristalino y la instalación de lentes intraoculares multifocales.
Como en todas las cirugías, es precisa una valoración realizada por el equipo de oftalmólogos de la clínica. En ella, y en función de las características específicas del ojo del paciente y un estudio personalizado, se le informará sobre las técnicas más adecuadas y sobre las alternativas posibles a la cirugía si las hubiese.