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Cirugía refractiva personalizada

Con el paso de los tiempos y la aparición de las nuevas tecnologías, se han modificado los requerimientos visuales de los pacientes en las clínicas oftalmológicas. Ya no vale ver solo de lejos, ni tan siquiera lejos y cerca, hay nuevas distancias en el mundo laboral y tecnologías de trabajo que exigen más de nuestro sistema visual. Por este motivo la Oftalmología debe adaptarse a los tiempos y desarrollar aquellas técnicas y aparataje que consigan que sus pacientes puedan tener una calidad visual acorde con el medio que les rodea.

Desde el IOFV llevamos años tratando de avanzar en el desarrollo de las nuevas técnicas de cirugía refractiva para corregir la miopía, hipermetropía y astigmatismo e incorporando todo aquel material de exploración e investigación que sea necesario para poder ofrecer a cada paciente, tras un exhaustivo estudio, la mejor solución para su caso.

Objetivo: cirugía refractiva personalizada

El éxito de la cirugía refractiva comienza pues con un adecuado conocimiento del paciente a intervenir (lo que se conoce como historia clínica) para saber de su medio habitual de vida, así como el trabajo que desarrolla y sus aficiones durante el tiempo de ocio; todo ello con objeto de determinar las necesidades visuales que deberá cumplir la técnica refractiva que vayamos a aplicar.

A continuación, se han de examinar todos los aspectos de cada ojo por separado, así como el funcionamiento coordinado de ambos, imprescindible para el desarrollo de la visión binocular o estereopsis. Un examen completo debe incluir una valoración de la superficie ocular con estudio de la película lagrimal, diámetro pupilar y espesor corneal, topografía corneal, estudio del segmento anterior mediante tomografía de coherencia óptica (OCT) y por último una microscopia especular endotelial. Esto puede ser completado con una OCT (tomografía de coherencia óptica) de retina que nos ayuda a pronosticar el resultado final de la cirugía.

Técnicas y materiales

Una vez conocido perfectamente el órgano sobre el que vamos a trabajar y sabiendo qué necesita el paciente de su sistema visual para su quehacer diario, tendremos que determinar que técnica y materiales son los más adecuados para caso. Unos pacientes por su edad y graduación serán candidatos a técnicas de láser excimer – Intralase , mientras otros serán más propicios para el implante de lentes fáquicas (ICL o ARTISAN), reservándose las lentes intraoculares sustitutivas del cristalino (monofocales, trifocales, tóricas) para pacientes de mayor edad con presbicia o catarata. Otros casos menos frecuentes pueden precisar de segmentos intracorneales u otros procedimientos incisionales.

Llegados a este punto solo queda explicar al paciente la técnica que se considere más adecuada para su caso, sus ventajas y sus limitaciones si existiesen. Un adecuado conocimiento y comprensión de las técnicas aplicadas contribuirá a un resultado final satisfactorio. En esto radica el éxito de la cirugía refractiva y es la base de lo que se conoce como cirugía refractiva personalizada. No existe una técnica idónea para todos los pacientes y por consiguiente una técnica exitosa en un paciente no implica necesariamente que lo sea para otro diferente.

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