
El lagrimeo en un bebé puede deberse a varios motivos, siendo el más frecuente la obstrucción congénita del conducto nasolagrimal (OCNL). Las lágrimas se forman principalmente en la glándula lagrimal que se encuentra por dentro del reborde orbitario superior externo.
Después de ejercer su función protectora e hidratante, se eliminan a través de los puntos lagrimales, que se encuentran en el ángulo interno del borde de los párpados, hacia la nariz, pasando por una serie de estructuras como los canalículos superior e inferior, el canalículo común y a través de la válvula de Rosenmüller pasan al saco lagrimal y de ahí por el conducto lacrimonasal que desemboca a través de la válvula de Hasner en el meato inferior llegan a la nariz.
Una estenosis (estrechez) u obstrucción en cualquiera de estos niveles puede causar lagrimeo, siendo la más común en los bebés, la obstrucción a nivel de la válvula de Hasner por la persistencia de una estructura membranosa a ese nivel.
Índice de contenidos
- 1 ¿Cuáles son los síntomas que podemos observar en un bebé que tiene el lagrimal obstruido?
- 2 En bebés, ¿cuándo se produce y cuánto tiempo suele durar? ¿Con qué frecuencia se produce?
- 3 ¿Por qué se aconseja, en primer lugar, cuando aparece la obstrucción lagrimal, acudir al médico?
- 4 ¿Es mayor el riesgo de infecciones oculares y otras patologías oftalmológicas?
- 5 ¿Qué acciones podemos hacer si el bebé tiene el lagrimal obstruido?
- 6 ¿Cuándo hay que practicar al bebé una intervención quirúrgica? ¿En qué consiste?
¿Cuáles son los síntomas que podemos observar en un bebé que tiene el lagrimal obstruido?
La producción de lágrima en un recién nacido es mínima, normalizándose esta en las primeras semanas de vida. Un bebé con OCNL presenta epífora o lagrimeo, que puede ir acompañado de secreciones mucosas o mucopurulentas.
En bebés, ¿cuándo se produce y cuánto tiempo suele durar? ¿Con qué frecuencia se produce?
Aunque la obstrucción es congénita, es decir ya nacen con ella, la sintomatología clínica suele desarrollarse entre la segunda y sexta semana de vida.
La frecuencia de la OCNL oscila, según distintos estudios, entre el 6% y el 15% de los recién nacidos a término. Esta obstrucción suele resolverse de forma espontánea a lo largo del primer año de vida en el 90% de los casos.
¿Por qué se aconseja, en primer lugar, cuando aparece la obstrucción lagrimal, acudir al médico?
El médico, bien sea pediatra u oftalmólogo, puede orientar a los padres cómo actuar en caso de que su bebé tenga una OCNL, explicarles la evolución normal del cuadro y marcar las pautas que deben seguir.
¿Es mayor el riesgo de infecciones oculares y otras patologías oftalmológicas?
Sí, hay mayor riesgo de infecciones oculares pudiendo causar conjuntivitis, dacriocistitis (infección del saco lagrimal), dermatitis en el área periocular y de manera muy poco frecuente celulitis palpebral.
¿Qué acciones podemos hacer si el bebé tiene el lagrimal obstruido?
En el caso de que ya haya sido diagnosticado de OCNL por un especialista, hay que seguir sus indicaciones. Básicamente son realizar un masaje ligero en la zona donde se encuentra el saco lagrimal dos o tres veces al día, mantener una buena higiene del ojo, limpiando las secreciones con suero fisiológico y si fuese indicado, la instilación de colirios antibióticos según paute el médico responsable.
¿Cuándo hay que practicar al bebé una intervención quirúrgica? ¿En qué consiste?
No es recomendable intervenir, si es posible, antes del año de edad ya que, el cuadro se puede resolver de forma espontánea en el 90% de los casos, a lo largo del primer año de vida.
La intervención consiste en realizar un sondaje de la vía lagrimal, introduciendo una sonda metálica a través del punto lagrimal hasta la nariz para vencer la obstrucción que suele estar a nivel de la válvula de Hasner. Esto se realiza con gases de inducción anestésicos y monitorización del paciente. Además, para asegurar que el sondaje ha sido efectivo, se realiza bajo control endoscópico.
Es una cirugía ambulatoria que no requiere hospitalización y el tratamiento postoperatorio es simplemente un colirio antibiótico y antiinflamatorio durante unos días. Aún así, los sondajes son efectivos en un 90% de los casos.
Cuando un sondaje fracasa, se puede volver a repetir al cabo de unas semanas, o se puede realizar un sondaje con intubación, que consiste en pasar una sonda con un pequeño tubito de silicona y dejarlo puesto unos cuantos meses para evitar que la comunicación se vuelva a cerrar. Esta intervención requiere una anestesia general con intubación con mascarilla laríngea. El tubo se puede retirar en consulta cuando el oftalmólogo decida que es el momento oportuno.