
Actualizado el 05/01/2022
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Cuidado de los ojos en verano: porqué hay que cuidar los ojos
Todos estamos muy concienciados de la necesidad de proteger la piel cuando realizamos actividades al aire libre, especialmente en verano; sin embargo, el cuidado de los ojos todavía es una asignatura pendiente.
Existen patologías oculares asociadas a esta época del año, como es el caso de la queratitis. La queratitis es una inflamación de la córnea, existen diversos tipos y puede darse por diferentes causas. Una exposición prolongada a la radiación ultravioleta, sin un filtro protector, puede causar una queratitis. Los síntomas de esta patología no son inmediatos y aparecen durante las siguientes horas de exposición a los rayos ultravioletas. Algunos de los síntomas asociados a la queratitis son: Lagrimeo, disminución de la agudeza visual, fotofobia, irritación, escozor, dolor u ojos rojos.
En verano, también acudimos a la playa y a las piscinas para refrescarnos. No obstante, hay que tener en cuenta la importancia de proteger nuestros ojos en todo momento con un filtro homologado. El agua puede reflejar hasta un 30% de la luz solar sobre la superficie. Este factor que provoca que los rayos ultravioletas reboten.
Razones para reforzar el cuidado de los ojos en verano
Diariamente estamos en contacto con el sol y sus radiaciones: la radiación ultravioleta (UV), la luz visible y la luz infrarroja (IR). Por esta razón, cuando practicamos actividades al aire libre debemos proteger también los ojos ya que pueden generarse múltiples problemas: quemaduras en la piel, córnea y conjuntiva, degeneración de las capas elásticas de la conjuntiva (pinguécula), cataratas, quemaduras retinianas, crecimiento de material cicatrizante sobre la córnea (pterigium) y, como en el resto del organismo, mayor riesgo de padecer cáncer en la piel y anejos oculares.
La exposición prolongada a los rayos ultravioleta sin protección puede también dañar superficialmente la córnea (queratitis), ocasionando visión borrosa, fotofobia, lagrimeo y sensación de un cuerpo extraño. Otra afección asociada al verano es el síndrome del ojo seco. Al encontrarnos en un ambiente caluroso y con baja humedad favorece la evaporación de la lágrima. El aire acondicionado también influye en dicha evaporación, puesto que el ambiente se reseca. Algunos síntomas del ojo seco son la sequedad, el picor y la visión borrosa y fluctuante.
En verano hay un riesgo añadido más: mientras la tierra refleja el 10% de la luz, el mar aumenta esta reflexión hasta un 30%. Y si vamos a la montaña, a medida que estamos más altos, también las lesiones por luz ultravioleta aumentan. Esto se debe a que estamos menos protegidos por la atmósfera.
¿Cuáles son los factores de riesgo para los ojos en verano?
Existen diferentes factores de riesgo que influyen en nuestra salud ocular durante el periodo estival. La mayoría de ellos son ambientales, pero también existen otros más diversos como la edad o genéticos, como el color de ojos. A continuación, os mostramos algunos factores que suponen un riesgo para los ojos en verano:
- La altitud: Cuanto mayor, menos atmósfera para protegernos y por tanto, más radiación.
- La latitud: Cuanto más cerca del ecuador, mayor peligro
- La hora: entre las 12.00 y las 16.00 se concentra el máximo de radiación solar.
- Reflexión de la luz: El agua es un elemento reflectante natural, capaz de potenciar la magnitud con la que los rayos ultravioleta alcanzan nuestros ojos o nuestra piel. Esta reflexión es tres veces más en el mar que en la tierra y nueve veces más en la nieve.
- La nubosidad: Las nubes no nos protegen, dejan pasar el 90% de la radiación ultravioleta. Es un error pensar que podemos prescindir de las gafas de sol sólo porque está nublado.
- La edad: Cuidado con los niños, cuyos ojos son especialmente vulnerables al sol. Además, hacerlo desde los primeros meses de vida evitará futuras patologías oculares, ya que el ojo del niño es más sensible que el del adulto y también tiene memoria, como ocurre con las quemaduras solares en la piel.
- El color de los ojos: En general, todas las personas que sometan sus ojos de manera prolongada a los rayos solares pueden llegar a tener problemas oculares. No obstante, las personas con ojos claros presentan un mayor riesgo, ya que su capacidad de filtrar la luz del sol es menor.
Precauciones que debes tomar para el cuidado de los ojos en verano
Para defenderse de las radiaciones solares, el ojo humano cuenta naturalmente con los párpados y las pestañas. Existen además algunas estructuras que bloquean parte de esos rayos, logrando que pocos puedan alcanzar la retina.
La córnea y el cristalino son los que absorben en mayor grado las radiaciones UVA y UVB. Además, es fundamental la utilización de gafas de sol con filtros. Estas impiden el paso del 95-100% de las radiaciones ultravioletas. Los ojos son los únicos órganos que permiten la entrada de luz a las estructuras profundas del globo ocular.
Recuerda que es muy importante cuidar tus ojos en verano para protegerte de las enfermedades oculares y estar atento a cualquier señal que indique que algo va mal. Ante cualquier problema con el sol este verano acude a tu oftalmólogo. Este valorará las posibles lesiones causadas e indicará el tratamiento necesario. La finalidad es evitar el desarrollo de una patología más grave.
Si deseas saber más sobre qué gafas elegir este verano, consulta el siguiente post: Pautas para elegir gafas de sol.