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Cómo cuidar tus ojos: las mejores rutinas diarias y hábitos saludables 

Los ojos son uno de los órganos más olvidados a la hora de la prevención de enfermedades. Seguimos rutinas faciales, tomamos alimentos buenos para nuestro sistema digestivo, hacemos ejercicio para fortalecer el cuerpo… y, sin embargo, muchas veces parece que no nos acordamos de cuidar la vista. 

Sin embargo, como ya sabemos, los ojos también son propensos a sufrir múltiples enfermedades, algunas exclusivas de este órgano y otras como manifestación de un problema corporal más general. Sin duda, el cuidado de la vista es una de las mejores maneras de prevenir estas complicaciones visuales. Por eso, a continuación vamos a analizar los hábitos saludables más importantes que debes integrar en tu rutina para tratar a tus ojos como se merecen. 

Salud-visual

¿Por qué es tan importante cuidar los ojos a diario? 

Como apuntábamos, un buen cuidado de los ojos es la manera más eficaz de prevenir enfermedades. Esto es cierto para trastornos cotidianos como la conjuntivitis o la blefaritis, pero también para otras patologías a largo plazo como el glaucoma o las neuropatías ópticas. 

No tener una buena rutina de cuidado visual puede tener consecuencias graves en la salud de nuestros ojos. Los efectos más inmediatos pueden ser de diversa índole, desde la aparición o aumento de la miopía, los ojos secos crónicos o la aparición de heridas y úlceras en la córnea, hasta cuestiones más graves como la pérdida de visión. 

Por lo tanto, no te pierdas nuestras recomendaciones y consejos para integrar en tu rutina diaria hábitos saludables que te ayudarán a tener una mejor salud visual.  

Hábitos saludables y rutinas diarias para cuidar tus ojos 

Hay muchos ámbitos del día a día que podemos tener en cuenta para un buen cuidado ocular: 

  • Dormir bien: Un buen descanso nocturno es imprescindible y reporta muchos beneficios a todo el cuerpo, incluidos los ojos. Un mínimo de 8 horas de descanso de calidad fomenta que los ojos se despierten frescos, listos para afrontar la jornada. Esto te ayudará a evitar los ojos rojos y secos, más aún si trabajas con pantallas. Si notas cierta sequedad ocular por las mañanas, puedes integrar en tu rutina matinal gotas para lubricar tus ojos después de comentarlo con tu oftalmólogo de confianza. En cualquier caso, estas gotas nunca deberán sustituir un buen descanso nocturno. 
  • Descansar la vista: Precisamente, si trabajas con pantallas es muy posible que a lo largo del día se te sequen los ojos y se te canse la vista. La mejor manera de contrarrestar esto es seguir la regla 20 – 20 – 20: Cada 20 minutos apartar la vista de nuestro campo de visión más inmediato, mirando durante 20 segundos a una distancia de 6 metro (20 pies). Este hábito es muy sencillo de incorporar a la rutina y puede ayudarte a contrarrestar la sensación de fatiga visual al final del día.  
  • Una buena higiene: Parece una obviedad, pero uno de los hábitos más importantes que debes implementar en tu rutina es tocarte los ojos lo mínimo posible y asegurarte de lavarte muy bien las manos antes de hacerlo. Por supuesto, si llevas lentes de contacto debes lavarte con agua y jabón antes de ponértelas o quitártelas, pero lo mismo ocurre si por ejemplo, se te ha metido algo en el ojo e intentas sacártelo tú mismo. De igual modo, si vives en zonas con mucha contaminación, puede ser buena idea lavarte los ojos al final del día con un poco de agua, pero siempre con mucho cuidado y pidiéndole indicaciones en tu próxima consulta de oftalmología. 
  • Ejercicios para mantener la visión periférica: La visión periférica es aquella que nos permite ver objetos que no están directamente en nuestra zona de enfoque, y es lo que nos ayuda a tareas tan cotidianas hacer deporte o como caminar por la calle sin chocarnos con los obstáculos, aunque no estén directamente delante. El ángulo que cubre depende de cada persona, pero se puede ampliar, o evitar que se reduzca, haciendo ejercicios muy sencillos. Desde la Asociación Mácula Retina de pacientes y familiares de afectados por patologías de estas zonas, proponen una serie de ejercicios para integrar en tu rutina que puedes hacer muy fácilmente por tu cuenta y que sin duda te ayudarán a no perder y a mejorar tu visión periférica. 
  • La alimentación: La comida es otro espacio donde nuestras decisiones tienen un impacto en la salud visual. Una buena alimentación puede ayudar a prevenir enfermedades graves, mientras que está comprobado que una alimentación a base de alimentos procesados y grases saturadas está directamente relacionada con la aparición de trastornos visuales. En este sentido, también hay que tener en cuenta el consumo de alcohol, que tiene un vínculo claro con problemas visuales tanto a corto como a largo plazo. 
  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol, ya que influyen negativamente en los trastornos visuales.

Oftalmología General - Número de colegiado: 333306733