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Iridociclitis: qué es, causas y tratamiento

¿Qué es la iridociclitis y cuáles son sus causas?

La iridociclitis es un tipo de uveítis que genera una inflamación aguda o crónica tanto del iris como del cuerpo ciliar, la parte que da color al ojo. A día de hoy no hay ninguna manera de prevenirla, los tratamientos que se llevan a cabo son siempre después de un brote y para prevenir que la inflamación empeore.

La uveítis es una enfermedad ocular que afecta a la úvea, esa capa intermedia del ojo que se encuentra entre la esclerótica y la retina y se encarga de la mayor parte del flujo sanguíneo que va a la zona. Hay distintos tipos de uveítis según la zona del ojo a la que afecta, y la más común es la iridociclitis, que se localiza exclusivamente en el iris, también conocida como uveítis anterior o iritis.

Su origen está asociado a infecciones, como la tuberculosis, la sífilis o la toxoplasmosis, o a enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, el lupus eritomatoso o la esclerosis múltiple. Aun así, no está del todo claro aún la manera exacta en la que estas afecciones generan la uveítis. Por otro lado, también se han encontrado otras causas de la iridociclitis, como infecciones de virus, bacterias, hongos o parásitos o por herencia genética.

Tipos de iridociclitis

De la iridociclitis también hay diversos tipos. La clasificación varía según los criterios que se tengan en cuenta e influye directamente en el tratamiento recomendado:

Según su causa

  • Iridociclitis exógena: producida por elementos externos, como por ejemplo una infección de gérmenes o un golpe severo
  • Iridociclitis endógena: provocada por el propio organismo, por factores genéticos o autoinmunes

Según su evolución en el tiempo

  • Iridociclitis aguda, también llamada uveítis anterior aguda: el brote aparece repentinamente y sin síntomas previos, y desaparece en un máximo de seis semanas
  • Iridocilitis crónica, también llamada uveítis anterior crónica:

Según el tipo de reacción

  • Iridociclitis granulomatosa: producida por un germen que invade la úvea, como la sífilis, la toxoplasmosis, la tuberculosis u otras enfermedades similares.
  • Iridociclitis no granulomatosa: causada por una reacción de hipersensibilidad, donde no se responde bien al tratamiento con esteroides en general.

Síntomas de la iridociclitis

La iridociclitis puede presentar una gran cantidad de síntomas muy variados. Por ejemplo, es muy habitual experimentar un dolor intenso en el ojo y visión borrosa. También es frecuente el enrojecimiento alrededor del iris, como formando rayos de sol y la contracción de la pupila. Junto con esto, suele haber otros síntomas como el lagrimeo constante, la aparición de un líquido turbio en el interior del ojo por la suspensión de partículas inflamatorias y la presencia de depósitos blanquecinos en la córnea y de bolsas acumuladas debajo del ojo. Por último, las contracciones intensas en los párpados o las adherencias entre el iris y el cristalino también se consideran síntomas asociados a la iridociclitis.

Por otro lado, si la uveítis anterior se complica pueden aparecer secuelas  aún más graves como las cataratas, el aumento de la presión intraocular que podría desembocar en glaucoma, la hinchazón de la mácula o, incluso, el desprendimiento de la retina. Por lo tanto, es crucial que en cuanto aparezcan los primeros síntomas se acuda inmediatamente a los profesionales sanitarios de la vista para un correcto diagnóstico y tratamiento.

¿Cómo se cura la iridociclitis?

Como comentábamos, en cuanto se detectan los primeros síntomas de iridociclitis, o ante cualquier sospecha de la enfermedad, es importante pedir una cita oftalmológica para recibir un correcto diagnóstico. Cuanto antes se empiece el tratamiento, menos probabilidades hay de que se desarrollen complicaciones. Por supuesto, en ningún caso se debe buscar la automedicación, ni siquiera aunque se esté completamente seguro del diagnóstico.

Aunque el tratamiento de la iridociclitis puede variar según los factores que hemos visto anteriormente, en general, suele basarse en dos soluciones:

  • La aplicación de midriáticos, que dilatan la pupila y evitan molestias y dolores,
  • La aplicación de corticoides (tópicos y/o sistémicos), que reducen la inflamación que se produce en la úvea.

Oftalmología General - Número de colegiado: 333306733