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El cuidado de los ojos de los niños en verano

En verano disfrutamos de más horas de luz y pasamos más tiempo al aire libre. Por eso, no podemos descuidar la salud ocular durante estos meses.  Pero no sólo en esta época, sino durante todo el año es conveniente utilizar gafas de sol, incluso en días nublados.

Además, no solo debemos proteger nuestros ojos de la radiación solar, sino también del agua,- en el mar, ríos o piscinas- y controlar el aire acondicionado porque son factores que pueden afectar a nuestra vista.

Y si los adultos debemos tener precaución, hay que prestar aún más atención en proteger los ojos de los niños. Al igual que se les aplica crema solar para su piel, es muy importante cuidar sus ojos dentro y fuera del agua. Además, hacerlo desde los primeros meses de vida evitará futuras patologías oculares, ya que el ojo del niño es más sensible que el del adulto y también tiene memoria, como ocurre con las quemaduras solares en la piel.

 

Gafas homologadas con filtro solar

Lo primero que debemos hacer es elegir, bajo el asesoramiento de un optometrista, unas gafas de sol homologadas y adecuadas, con filtro Ultra Violeta (UV). Hay que tener especial cuidado si el niño tiene ojos claros, ya que son más sensibles a los rayos de sol.

También hay que fijarse en la montura; mejor que sea de plástico o silicona y si tiene goma para sujetarlas ayudará a que no se las quiten y conseguirá que se olviden de que las llevan puestas. Para lograrlo, deben ser ellos quienes las elijan para que les resulten cómodas y se las pongan. Recomendamos además acompañar a las gafas con el uso de sombreros, viseras o gorras para aumentar aún más la protección frente la radiación solar, que recordamos es más intensa desde las 11.00 hasta las 17.00 horas del día.

No protegerles de forma adecuada de los rayos de sol, puede causarles importantes daños oculares. A corto plazo podríamos hablar de queratitis, que en el caso de los más pequeños se manifiestan con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos. Y a largo plazo, podríamos hablar de alteraciones quemaduras agudas de la retina o lesiones degenerativas, entre otras. Para evitarlo, debemos educar al niño para  que nunca mire directamente al sol.

 

¿Cómo debemos actuar dentro del agua?

Recomendamos que los pequeños utilicen gafas de buceo o natación cuando se bañen en la piscina, en el río o en el mar, para evitar así una posible irritación en los ojos. En la mayoría de los casos, ante un ojo irritado, lo habitual es que se froten y se pueda producir una infección o una erosión de la córnea. Por lo que es muy recomendable evitar el frotamiento ocular.

Es muy importante acostumbrarlos desde pequeños a mantener una buena higiene y a lavarse las manos con frecuencia. Por ejemplo, en la playa, los niños se llenan de arena y frotarse los ojos les puede producir irritación. Además, especialmente en verano, al pasar más tiempo fuera de casa, en la calle, se ensucian más y tocarse los ojos con las manos sucias puede provocar infecciones.

 

El control del aire acondicionado

Seguro que para combatir el calor en los viajes en carretera y hacer el desplazamiento más llevadero enciendes el aire acondicionado en el coche. ¿Y en casa? Si lo haces, debes saber que hay que tener especial cuidado, sobre todo si el aire incide de forma directa ya que puede causar, entre otros problemas oculares, el síndrome del ojo seco. Se trata de una patología que produce quemazón, sensación de arenilla, ojos pesados, escozor o molestias oculares. En los casos más leves puede ser suficiente aplicar lágrimas artificiales en forma de colirio o gel junto con la higiene de los párpados.

Ya sabes, en verano disfruta de las vacaciones y del tiempo libre, pero presta especial atención a cuidar la salud ocular de los más pequeños.

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