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Preguntas sobre miopía, hipermetropía y presbicia de pacientes

Actualizado el 14/03/2023

Cerca del 80% de la población española tiene algún problema visual como la presbicia, la vista cansada, la hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, entre otros. Por ello a diario recibimos muchas preguntas sobre miopía y otros problemas visuales. La mejor opción para resolverlas siempre es acudir al oftalmólogo, pero en este blog vamos a tratar de responder a varias de ellas sobre hipermetropíamiopía y presbicia que nos hacen nuestros pacientes.

A continuación, recogemos las preguntas sobre miopía, hipermetropía y presbicia más frecuentes para que te ayuden a resolver tus propias dudas

Índice de contenidos

Operación de hipermetropía y presbicia. ¿se pueden solucionar ambas cosas en un solo procedimiento?

Parece que cuando se combinan varios problemas de refracción, como la hipermetropía y la presbicia, la intervención quirúrgica para resolverlos se complica, pero no debería ser así. Veamos un ejemplo:

Tengo 55 años y 4 dioptrías de hipermetropía. Me gustaría operarme, pero me han dicho que tiene que ser con una lente intraocular que sustituya el cristalino. Las lentes que me tienen que poner, ¿podrían corregirme también la presbicia? Teniendo en cuenta mi edad, ¿tendría que cambiármelas más adelante? ¿Tendría que operarme de catarata en un futuro?

Efectivamente, en este caso la mejor opción quirúrgica es el implante de una lente intraocular. Actualmente, existen lentes monofocales, bifocales y trifocales. En este caso, lo más habitual es poder emplear lentes trifocales, que corrigen la hipermetropía y otorgan una mayor independencia de la gafa para la visión lejana, intermedia y cercana. No obstante, para poder determinar qué tipo de lente es la más adecuada de acuerdo a las características de cada ojo y personalizar el tratamiento es necesario realizar un estudio completo y detallado.

En cuanto a la duración, las lentes que empleamos actualmente están fabricadas con unos materiales óptimos y biocompatibles, que no necesitarían ser reemplazados con el paso de los años, ya que la catarata se forma en el cristalino, y esta es la lente que vamos a sustituir. Por lo tanto, la sustitución del cristalino natural por un cristalino artificial implica que no va a tener cataratas en un futuro y, por lo tanto, ese problema estaría a la vez resuelto.

Alternativas a la operación de miopía

Las preguntas sobre la operación de miopía son las más frecuentes. En general, la intervención mediante cirugía láser o lente intraocular es muy sencilla, pero ¿qué pasa en los casos en los que no se puede seguir este procedimiento?

Tengo 32 años y 4 dioptrías de miopía. Cuando fui a una revisión oftalmológica con intención de operarme, me dijeron que tenía una córnea muy fina y que no me lo aconsejaban. ¿Existe alguna otra opción para mí?

Para poder responder a esta pregunta, se debe realizar un estudio completo y personalizado del estado anatómico y funcional del ojo. Aunque las técnicas láser son las más conocidas y empleadas en los últimos años, existen otras posibilidades para la corrección de la miopía, como son las lentes intraoculares ICL, que se implantan delante del cristalino tratándose de una cirugía aditiva. El hecho de tener una córnea fina puede limitar la fotoablación con láser de Excímero, pero se puedría optar a otros procedimientos alternativos que posibilitan la independencia de la gafa aportando una buena calidad visual.

Posibles secuelas del trasplante de córnea

Gracias a la innovación tecnológica en el ámbito de la salud ocular, el trasplante de córnea es un procedimiento que se ha afinado mucho en las últimas décadas. Aun así, como en todas las intervenciones de este tipo, es relativamente común que queden secuelas.

Tengo 50 años y hace 5 años me realizaron un trasplante de córnea, pero solo de las capas más superficiales. Cuando voy a las revisiones me dicen que estoy muy bien, pero en el día a día no veo por ese ojo porque la graduación que me ha quedado es muy alta y no la puedo llevar en mi gafa. ¿Hay alguna solución?

En primer lugar, esta situación es relativamente frecuente. Después de un trasplante de córnea, es habitual presentar graduaciones residuales que, en ocasiones, pueden ser altas e incompatibles con una gafa, debido a la diferencia de graduación de un ojo con el otro. Existen métodos para realizar una corrección de la refracción residual después de un trasplante laminar anterior, igual que sucede con el resto de los trasplantes de córnea. Dependiendo del tipo de graduación (astigmatismo, miopía y/o hipermetropía), se puede elegir una técnica que consista en lentes intraoculares aditivas o sustitutivas del cristalino; o técnicas de fotoablación con láser o moldeado corneal con segmentos intracorneales. La rehabilitación visual de un paciente trasplantado termina cuando se obtiene una graduación compatible con el ojo contralateral.

Tratamiento del queratocono cuando se presenta con otras patologías: miopía y cataratas

El queratocono es trastorno inflamatorio de la córnea, y su impacto en la salud ocular se va notando progresivamente. ¿Qué pasa cuando además aparece con otras patologías como la miopía y las cataratas?

Tengo 65 años. Cuando era pequeña me diagnosticaron de miopía y queratocono. Siempre he estado bien con mis lentes de contacto duras, pero en estos últimos años he perdido mucha visión. En la última revisión que me hice me dijeron que mi queratocono estaba bastante avanzado y que, además, tenía cataratas y tenía que operarme. ¿Qué debería hacer?

En este caso, antes de operar la catarata, se debe regularizar la córnea. Un queratocono avanzado requiere un tratamiento específico según el grado y el estado de la córnea. Actualmente existen nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos para queratoconos avanzados y de largo tiempo de evolución. En este caso lo más probable es que haya que implantar unos segmentos de anillos intracorneales con la idea de corregir el queratocono antes de operar la catarata.

Una vez rehabilitada la córnea, se puede proceder a la operación de cataratas, que deberá realizarse mediante una técnica específica y personalizada, en la que la selección de la lente y el cálculo de su potencia dióptrica son dos premisas fundamentales.