Sign up with your email address to be the first to know about new products, VIP offers, blog features & more.

¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad degenerativa y silenciosa ya que, en sus fases iniciales, puede no ocasionar síntomas apreciables: no causa dolor y la visión parece normal porque se va perdiendo visión periférica de forma progresiva y lenta. 

Debido a esta ausencia de síntomas hasta fases avanzadas, el diagnóstico suele ser tardío. Por ello, es muy importante que una vez cada dos años tras cumplir los 40 años, y anualmente después de los 60, todas las personas se sometan a una revisión oftalmológica que permita la detección precoz de la enfermedad.

Sin embargo, en otras ocasiones, los síntomas del glaucoma se pueden presentar como:

  • Pérdida repentina de la visión.
  • Fuertes dolores en el ojo y la frente. 
  • Enrojecimiento ocular.
  • Náuseas y vómitos.
  • Visión de arco iris o halos de luz.

Estos síntomas suelen darse en el caso del cierre angular primario agudo.

Cómo es la visión con glaucoma

El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. Esta enfermedad va deteriorando el nervio óptico, daño que se produce entre otros motivos por la elevación de la presión intraocular. El paciente nota a veces pequeñas molestias o una pérdida gradual de la visión. 

Generalmente el glaucoma comienza afectando a la visión periférica o lateral. Los pacientes indican que es como ver a través de un túnel: su visión frontal se mantiene pero la visión lateral se ve afectada, por lo que se pierde campo de visión y también se pueden ver manchas o puntos negros. Esta situación se conoce como “visión de túnel” o “en cañón de escopeta”. En fases más avanzadas el glaucoma afectará a la visión central.   

Para detectar el glaucoma su oftalmólogo le realizará un examen ocular completo que consta de: 

  • Tonometría, para medir la presión intraocular.
  • Prueba del campo visual, para ver si el paciente tiene afectada su visión periférica.
  • Examen del fondo de ojo, prestando especial atención a la papila del nervio óptico y a la capa de fibras nerviosas de la retina.
  • Paquimetría, para medir el grosor de la córnea.
  • Pruebas estructurales de imagen, como la tomografía de coherencia óptica, que analiza el espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina peripapilar y la capa de células ganglionares a nivel macular.

Una vez realizadas las pruebas, el oftalmólogo indicará el tratamiento más adecuado para cada paciente con glaucoma.