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El astigmatismo infantil: cómo afecta y cómo tratarlo

¿Sabías que la mitad de los niños durante el primer año presentan astigmatismo? Este defecto refractivo, el cual impide que la luz refracte bien y las imágenes no se enfoquen en la retina, sino por delante o por detrás, provoca una visión borrosa.

No obstante, gracias al proceso de emetropización o crecimiento ocular, su diámetro y el radio de curvatura aumentan, por lo que el defecto en los niños se corrige durante los dos primeros años de vida. Asimismo, los astigmatismos inferiores a 1 dioptría se consideran normales en niños menores de dos años, al igual que los valores de media dioptría a partir de los 3 años (astigmatismo fisiológico), pues se presenta en el 95% de los ojos.

En cambio, a partir de los cinco o seis años aumenta la frecuencia del astigmatismo a favor de la regla, es decir, con una mayor curvatura en el eje vertical. En general, a partir de esta edad ya no se modifica. Se trata de una anomalía de carácter hereditario y puede ser regular (miópico, hipermetrópico o mixto) o irregular (degeneración progresiva de la córnea, como el queratocono).

Aunque puede presentarse de forma aislada, este defecto refractivo se asocia generalmente a otros como la miopía o la hipermetropía, pudiendo afectar a uno de los meridianos principales (astigmatismo miópico o hipermetrópico simple) o a los dos meridianos (astigmatismo miópico o hipermetrópico compuesto). Según la posición del eje, el astigmatismo también se puede clasificar en:

  • Directo: cuando la refracción es mayor en el eje vertical.
  • Inverso: cuando la refracción es mayor en el eje horizontal.
  • Oblicuo: cuando la refracción es mayor en el eje oblicuo.

¿Cómo afecta a los niños?

Cuando el niño tiene un astigmatismo pequeño, no sufre molestias. En cambio, cuando el grado es mayor, puede presentar visión borrosa en todas las distancias, tanto de lejos como de cerca; manifestándose a la edad escolar con problemas para ver la pizarra o para leer.

El niño con astigmatismo tiene una percepción distorsionada de las imágenes y debe realizar un gran esfuerzo para intentar compensar el defecto visual, lo que le provoca dolor de cabeza, molestias oculares (parpadeo frecuente, ojo rojo, picor) y como consecuencia bajo rendimiento escolar.

Además, si no se corrige, puede producir Ambliopía u ojo vago. Por ello, para la detección precoz del astigmatismo y su corrección, se debe realizar una revisión oftalmológica a todos los niños a los tres años, con un estudio de la agudeza visual, refracción, oftalmometría, motilidad ocular y fondo de ojo.

El tratamiento del astigmatismo infantil

La corrección óptica en niños se puede realizar con gafas (lentes cilíndricas) o lentes de contacto y, en función de la edad, con cirugía. En los niños hasta los dos años no se corrigen los astigmatismos menores a 1 dioptría, pero sí se corregirá el astigmatismo superior a media dioptría cuando se asocia a miopía o hipermetropía. Y también se corregirán aquellos valores superiores a 0,75 dioptrías si alteran la agudeza visual.

En los niños se prescribe la corrección total, aunque sea alta, ya que la toleran bien y de esta forma se evitaría el desarrollo de ambliopía u ojo vago.