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Toxoplasmosis ocular: cómo afecta la toxoplasmosis a los ojos

La toxoplasmosis ocular es una enfermedad causada por el parásito intracelular toxoplasma gondii, un protozoo con una altísima capacidad para invadir las células del cuerpo. Los efectos de la toxoplasmosis son muy variados, desde infecciones asintomáticas leves hasta casos mortales, sobre todo al feto o a personas inmunosuprimidas. Lo más habitual es que esta enfermedad se transmita de animales a los seres humanos, especialmente por parte de los gatos y otros felinos. 

 La toxoplasmosis puede afectar a diversos órganos generando dolor corporal, sensación de fatiga, fiebre, inflamación de determinadas zonas como los ganglios linfáticos, dolor de garganta. También es habitual que ataque a algunas partes específicas del cuerpo, el impacto en los ojos es frecuente. A continuación, veremos cómo y por qué se produce la toxoplasmosis ocular, así como los síntomas, el diagnóstico y la cura. 

¿Cómo se produce la toxoplasmosis ocular? 

Como en otros casos de toxoplasmosis, la ocular se produce cuando el parásito infecta la retina y la coroides, desarrollándose ahí la enfermedad. 

La toxoplasmosis se puede dar por diversas causas, las más comunes son: 

  • Toxoplasmosis congénita: el caso de toxoplasmosis se da durante el embarazo, afectando al feto. 
  • Toxoplasmosis recurrente: la toxoplasmosis se reactiva en un paciente adulto después de haberlo padecido en la infancia. En general, este es uno de los casos más comunes de toxoplasmosis ocular. 
  • Toxoplasmosis adquirida: el parásito infecta directamente al paciente, bien en la infancia o en la adultez. 
  • Toxoplasmosis relacionada con tratamientos o enfermedades inmunosupresoras: Los sistemas inmunológicos débiles, bien por una enfermedad como el SIDA o por tratamientos como corticoides tienen más dificultades para combatir infecciones y, por lo tanto, son más propensos a sufrir enfermedades como esta.  

Es importante recordar que la toxoplasmosis no se contagia a través del contacto interpersonal, en ningún caso nos podremos contagiar de una persona con esta enfermedad. Las maneras más frecuentes de infectarse son a través de agua o alimentos contaminados, especialmente carnes crudas, frutas y verduras. Esto es especialmente relevante a la hora de viajar: en muchos países no es recomendable ingerir alimentos crudos de los que no tenemos control sobre su limpieza, como en restaurantes.  

También son comunes los contagios a través de heces de felinos, sobre todo gatos, que contienen el parásito, por lo que es imprescindible extremar las medidas de higiene al manipularlos.  

¿Cómo afecta la toxoplasmosis a los ojos? 

En la mayoría de los casos de toxoplasmosis, sea ocular o en otra zona del cuerpo, los pacientes se mantienen asintomáticos. En las personas con toxoplasmosis ocular que sí desarrollan síntomas, lo más común es la coriorretinitis o inflamación de la retina y la coroides, aunque no es raro que afecte a otras zonas del ojo como el humor vítreo o los propios vasos sanguíneos, generando vasculitis. También pueden darse casos de uveítis anterior. 

Manifestar o no síntomas dependerá de cada paciente, así como de su edad, intensidad de la infección o estado de salud previo. La toxoplasmosis en fetos y en personas inmunosuprimidas es mucho agresivo que en otros perfiles. Aun así, al margen de los síntomas, hay que señalar que una vez se pasa la enfermedad, el parásito se suele quedar acantonado en el cuerpo, pudiendo reactivarse en cualquier momento. 

¿Cómo se diagnostica y se cura la toxoplasmosis ocular? 

En la toxoplasmosis, la prevención es fundamental. Como comentábamos, muchos casos pueden ser asintomáticos pero la infección puede volver a surgir a lo largo de la vida del paciente. Por eso, es crucial atender a las medidas de higiene como el lavado de los alimentos crudos, especialmente si se viaja. (https://chainwitcher.com)  

El diagnóstico pasa por detectar una lesión coriorretiniana focal que indique la presencia del parásito. También es recomendable hacer pruebas serológicas para confirmar o descartar casos de una toxoplasmosis ocular atípica. 

En cuanto al tratamiento, el objetivo debe ser detener la multiplicación del parásito durante el periodo activo para minimizar los daños en la retina. Los especialistas en oftalmología podrán recomendar diferentes fármacos según el perfil de cada paciente. 

Cirujano - Número de colegiado: 80848524