El queratocono es una de las enfermedades más frecuentes de la córnea, la capa externa protectora y transparente del ojo. Para garantizar su correcto funcionamiento, es necesario que mantenga su forma original. Pero cuando hay queratocono, la córnea se va degenerando, aumentando su curvatura y adquiriendo forma de cono, de ahí su nombre. Esto produce una pérdida paulatina de visión asociada a miopía y astigmatismo. Cuando no está muy avanzado, puede corregirse con gafas o lentillas, pero en los casos más graves es necesario recurrir a la cirugía. Ahora bien, ¿en qué consiste la operación de queratocono?
Lo primero que se debe tener en cuenta es que el tratamiento del queratocono dependerá del momento del diagnóstico y del grado de evolución de la enfermedad. En las fases más iniciales se aconsejará al paciente que evite frotarse los ojos. Esto es clave para frenar la progresión de la enfermedad y para ello se recomendará el uso de colirios antiinflamatorios y antihistamínicos. Sin embargo, una vez que el queratocono ha progresado, la mejor opción es la cirugía.
Tratamiento quirúrgico de queratocono
Hasta hace unos años, la única opción de tratamiento para el queratocono en casos avanzados o intolerantes al uso de lentes de contacto era el trasplante de córnea. En la actualidad la situación ha cambiado mucho. De hecho, el trasplante se puede retrasar e incluso evitar gracias a los últimos avances relacionados con el implante de anillos intracorneales, pero ¿en qué consiste esta operación del queratocono?
En primer lugar, se emplea el láser de femtosegundo para crear el espacio donde se colocarán los anillos intracorneales. Son unos segmentos de polimetilmetacrilato (PMMA), un material inerte totalmente biocompatible, que se colocan en el espesor de la córnea para reforzar y regularizarla, buscando devolver el tejido a su situación original
La recuperación tras la operación de queratocono
Los resultados tras la operación de queratocono no son inmediatos. Para que la curvatura de la córnea se estabilice, es necesario esperar varias semanas. De manera que la estabilidad visual de los pacientes suele alcanzarse tres meses después de la cirugía.
No obstante, el tiempo de recuperación es rápido. De manera que los pacientes pueden hacer vida normal a los pocos días de la operación. Esto es posible gracias al láser de femtosegundo que permite una cirugía poco invasiva y más exacta. Los cortes e incisiones que se realizan son mínimos y no requieren sutura, por lo que se reduce el trauma quirúrgico y se acorta el tiempo de recuperación.
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