La leucocoria, también conocida como pupila blanca, es un síntoma de diversas patologías oculares que pueden llegar a ser muy graves. Las personas que lo presentan muestran un reflejo blanco anormal en la retina que, aunque no se ve en el día a día, puede aparecer cuando se examina bajo un foco de luz, como en los exámenes rutinarios de fondo de ojo. También se aprecia al hacer una fotografía con flash, donde en vez de los habituales ojos rojos, aparece un reflejo blanco.
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Causas de la leucocoria y diagnóstico
Como señalábamos, la leucocoria es un signo de varias enfermedades oculares potencialmente graves, por lo que es importante que, en cuanto se detecta, se lleven a cabo diferentes procesos para detectar la causa cuanto antes y poder recomendar el mejor tratamiento.
Estas son las patologías más comunes asociadas a la leucocoria:
- Retinoblastoma: es la causa de leucocoria más grave. Se trata de una enfermedad cancerígena donde aparecen células malignas en los tejidos de la retina. El origen suele ser una mutación genética, tanto heredada como espontánea, y ocurre únicamente en edad infantil temprana.
- Cataratas congénitas: las cataratas oculares son una opacidad en el cristalino del ojo. Esta zona, normalmente transparente, se vuelve blanca impidiendo el correcto desarrollo de la visión en los niños. La cirugía precoz previene la ambliopía u ojo vago de los pacientes con cataratas congénitas.
- Traumatismos: las lesiones oculares pueden ser realmente graves y tener consecuencias nefastas para la salud de los ojos. En algunos casos, cuando debido al golpe se produce un sangrado intraocular, se pueden desarrollar otros daños y producirse la leucocoria.
- Enfermedad de Norrie: esta patología es un trastorno genético raro que afecta al cromosoma X y suele desembocar en ceguera. La leucocoria es uno de sus signos más característicos.
¿Existe tratamiento para la leucocoria? ¿Se puede curar?
El tratamiento de esta patología deberá ir enfocado a curar, o contener, la enfermedad causante. En cualquier caso, es urgente comenzar cuanto antes para evitar mayores complicaciones y que el proceso sea lo más exitoso posible.
Si se trata de una enfermedad tumoral, los tratamientos más habituales son la quimioterapia intraarterial, la fotocoagulación o la crioterapia para intentar frenar el avance de las células cancerígenas. En el caso de la leucocoria causada por lesiones o traumatismos intraoculares, el procedimiento a seguir es la cirugía intraocular.
Leucocoria infantil
Como hemos visto, la leucocoria es un signo de diversas enfermedades oculares. Varias de ellas, como el retinoblastoma, son patologías asociada a la infancia, por lo que es crucial estar muy pendientes de cualquier signo de esta enfermedad en niños y niñas y llevarlos a la consulta de oftalmología de manera habitual para revisiones rutinarias.
