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Cuidados oculares durante el embarazo

Actualizado el 01/08/2022

El embarazo implica una serie de cambios físicos para la madre muy evidentes y otros que no lo son tanto. Debido a las alteraciones hormonales durante este periodo, la salud ocular y visual de la madre puede verse afectada de diferentes formas. A continuación, hablaremos de estas afecciones y mostraremos una serie de consejos y recomendaciones sobre los cuidados oculares durante el proceso de gestación. 

Cuestiones a tener en cuenta durante el embarazo 

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer se adapta para permitir el desarrollo del feto en el útero: aumenta el volumen del pecho y las caderas se ensanchan; esos mismos factores de crecimiento influyen también en los ojos.  

Aproximadamente una de cada cinco mujeres embarazadas experimenta una modificación de la refracción y se hace más miope. Se estima que hasta un 10% de las mujeres miopes embarazadas presentan un aumento de entre media y una dioptría durante el estado de gestación.  

Otros cambios en la calidad de visión pueden deberse a modificaciones en la transparencia del cristalino o a cambios retinianos. El embarazo también implica alteraciones en el organismo en la madre para proteger al feto de ciertas enfermedades. Por ejemplo, determinadas enfermedades autoinmunes (como la uveítis) suelen ocasionar menos brotes durante el proceso de gestación y la lactancia.  

Estos cambios suelen ser transitorios y, en general, tras el embarazo y la lactancia se suele volver al estado anterior. No obstante, existen casos en los que estas alteraciones se convierten en algo permanente y algunas mamás necesitarán usar gafas o graduar las lentes que tenían. 

¿Cuándo hacer revisiones durante el embarazo? 

Al margen de estar o no embarazada, las revisiones oftalmológicas deben realizarse periódicamente incluso en los pacientes sanos. Si hay factores de riesgo como antecedentes familiares de glaucoma o patologías oculares conocidas, éstas deben ser seguidas y monitorizadas de forma adecuada. De la misma manera si existen antecedentes de hipertensión o diabetes. 

Por ello, es recomendable visitar oftalmólogo durante el embarazo, ya que, como hemos indicado anteriormente, las alteraciones hormonales que se dan durante el proceso de gestación pueden influir en la vista, causando, entre otras afecciones, visión borrosa o sequedad ocular. 

Después del parto también es aconsejable acudir al especialista para comprobar la correcta evolución de estos cambios. Así mismo es importante recordar que, durante la lactancia, también pueden aparecer modificaciones en la salud ocular y visual de la madre. 

Miopía y embarazo 

En el caso de embarazadas miopes, se recomienda revisar el fondo de ojo para descartar lesiones en la retina, ya que las mujeres en periodo de gestación son más propensas a padecerlas. Por este motivo, si estás pensando en ser madre, es conveniente que acudas al oftalmólogo antes de quedar encinta. Es importante tener en cuenta que los colirios y otros productos adecuados para el tratamiento de afecciones oculares pueden tener contraindicaciones para el feto, por lo que, en este caso, la revisión previa de la salud ocular de la futura mamá es muy importante. 

¿Es verdad que las mujeres con alta miopía tienen que recurrir a cesárea?  

Aproximadamente, a una de cada cinco mujeres se le modifica la refracción y se hace más miope durante el periodo de gestación. Aunque la miopía en sí no es un factor de riesgo, si es importante mantenerse alerta y someterse a un control oftalmológico.  

Una pregunta recurrente entre muchas embarazas es si aquellas con alta miopía pueden tener un parto natural, ya que existe la creencia de que las mujeres con esta afección pueden sufrir un desprendimiento de retina durante el parto.  

Las personas con alta miopía pueden tener retinas más delgadas y, ante un cambio en el humor vítreo, corren el riesgo de romperse más fácilmente. No obstante, aunque durante el parto aumente la presión venosa por el esfuerzo, esto no influye sobre el humor vítreo. Además, en la actualidad no existe ningún estudio que apoye o verifique que las mujeres con alta miopía tienen que recurrir a la cesárea, ya que no está demostrado que el parto natural pueda ser causante de un desprendimiento de retina. 

¿Qué rutinas debo seguir para proteger mi salud ocular, si estoy embarazada? 

  1. Protégete frente a agresiones ambientales y evita el contacto con determinados agentes contaminantes (contaminación industrial, agentes volátiles, humo del tabaco o agentes infecciosos). 
  2. Si utilizas lentes de contacto, procura limitar su uso y sustituirlas por gafas, al menos durante el periodo de gestación. El riesgo de una infección asociada a las lentillas es mucho mayor y más difícil de tratar durante el embarazo. 
  3. Si eres diabética, la Academia Americana de Oftalmología recomienda que las gestantes diabéticas deben tener un examen oftalmológico antes de la concepción para determinar el grado de severidad de base y ser evaluadas durante el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo. Se ha demostrado que el incremento de la severidad de la retinopatía diabética afecta de forma adversa el resultado del embarazo.  
  4. Mantén una buena higiene de manos. A veces nos las llevamos a la cara de manera inconsciente, siendo estas un foco de infección, sobre todo en nuestros ojos. 
  5. Deja que tus ojos descansen. Evita estar horas frente a un ordenador o el móvil sin descansar la vista para evitar la sequedad ocular o la irritación. 

Visión borrosa durante el embarazo 

Los cambios hormonales durante el periodo de gestación provocan que el ojo retenga más líquidos y aumente la presión intraocular, alterando la forma de la córnea y el cristalino, las partes encargadas de la refracción de la luz en nuestros ojos. Esto puede provocar visión borrosa en algunas embarazadas que, generalmente, tiende a ser leve y desaparece con el tiempo.  

Si la visión borrosa aumenta con el tiempo, es muy importante consultar de inmediato con un especialista para que determine si hay algún otro tipo de problema y cuál sería el tratamiento a seguir. 

¿Cómo curar la conjuntivitis en el embarazo? 

La conjuntivitis es un proceso en el que se inflama la conjuntiva, se trata de una dolencia ocular muy común. Esta inflamación puede estar provocada por diferentes causas, las más comunes son las bacterias, los virus y los alérgenos ambientales. Además de ser muy contagiosa en la mayoría de los casos, esta afección produce diversas molestias en los ojos como el enrojecimiento. 

La conjuntivitis suele ser una infección común en las mujeres embarazadas y, generalmente, no hay motivo de preocupación ya que no provoca daños oculares o efectos a largo plazo. Lo normal es que la inflamación dure aproximadamente una semana y desaparezca por sí sola.  

No obstante, si las molestias son muy fuertes, existen medicamentos que alivian la irritación y picor en los ojos que provoca esta afección. Será siempre el especialista quien determine qué tipo de tratamiento es el más adecuado para cada caso. También es importante mantener los ojos limpios y secos, teniendo siempre una correcta higiene para evitar el contagio.  

¿Se pueden usar las lentillas en el embarazo? 

 Por lo general, no existen contraindicaciones que impidan el uso de lentillas durante el embarazo. Es muy común que la tolerancia a las lentillas durante el periodo de gestación cambie debido a las alteraciones hormonales, aunque estos cambios suelen ser leves. 

Cada caso es muy particular, así que lo más recomendable es consultar al óptico-optometrista si las lentillas que tenemos son las adecuadas o si hay que cambiar su graduación y qué gotas debemos usar para evitar la sequedad ocular. También es probable que, tras el parto, se tengan que volver a reajustar esas modificaciones en las lentes de contacto.  

¿Mejor dar a luz con gafas o con lentillas? 

Lo primero que se debe tener en cuenta si es un parto natural o por cesárea, ya que cada uno tiene su propio proceso y dependiendo del cada caso, sus propias restricciones. En el caso del parto natural, se requiere un esfuerzo físico que puede llevar al daño de ciertos vasos sanguíneos del ojo, por lo que el uso de lentillas puede resultar incómodo y también puede provocar irritación.