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¿Son todas las lentes de contacto iguales?

Son muchas las opciones de lentes de contacto o lentillas que existen en el mercado, pero son pocas las opciones conocidas.  Cuando preguntamos a los pacientes del  Instituto, la mayoría solo conoce las lentes de contacto desechables, que están incluidas dentro de las lentes de contacto blandas o hidrofílicas.

En varias entregas vamos a tratar de explicar, en distintos artículos, los  diferentes tipos de lentes de contacto, junto con sus principales características y usos.

Los temas serán los siguientes:

1.Lentes de contacto blandas o hidrofílicas

2.Lentes de contacto rígidas o rígidas permeables al gas

3.Lentes de contacto esclerales

4.Lentes de contacto híbridas

5.Lentes de contacto de uso terapéutico

6.Lentes de contacto cosméticas y de fantasía

7.Piggyback con lente de contacto permeable al gas sobre lente de contacto hidrofílicas

 

 

Lentes de contacto blandas o hidrofílicas:

Seguramente se trate de las lentes de contacto más conocidas del mercado, ya que son las más comercializadas, puesto que permiten corregir una gama muy amplia de defectos refractivos con relativa buena tolerancia por parte del usuario.

Estas LC son una combinación de un polímero y agua. En un primer momento, el paso de oxígeno a la córnea, fundamental para mantener su transparencia, dependía de la cantidad de agua de las lentillas, ya que el propio polímero no dejaba trasmitir el oxígeno a través de la lente, y el oxígeno debía viajar difundido en el agua.

Por todo esto, la tendencia era fabricar lentillas con cada vez mayor contenido en agua para aumentar la oxigenación corneal. Esto hacía la lentilla en un primer momento más cómoda, ya que el alto contenido en agua hace la lentilla más “blanda” y por lo tanto, confortable para el usuario.

 

Posibles problemas con las lentes de contacto blandas

El problema sobrevenía cuando, con el paso de las horas de uso, el usuario no tenía buena calidad o cantidad de lágrima, ya que no podía reponer con su propia lágrima el agua que perdía la lentilla, provocando que la lentilla variase su forma y rigidez, y esto causase incomodidad y problemas de tolerancia. Por otro lado, esa falta de oxígeno en la córnea durante el porte, provocaba edema corneal, con mayor o menor relevancia según las horas de uso.

En la década de los 90, aparecieron polímeros cuya composición sí permitía el paso de oxígeno a través del propio polímero. Estos polímeros tenían diferentes tipos y cantidades de silicona, que era la causante de la mejora de estas propiedades. Sin duda, esta ha sido la mayor revolución en las lentes de contacto blandas en cuanto a su compatibilidad con la superficie corneal.

El mayor problema de las lentillas de hidrógel de silicona (HiSi) estaba en la naturaleza hidrófoba de la silicona, la cual es repelente al agua. Esto las hacía incompatibles con las superficie del ojo y la lágrima, por lo que los laboratorios tuvieron que esforzarse en conseguir polímeros con combinaciones de silicona y otros aditivos que hiciesen el material hidrofílico compatible con agua.

 

Lentes de contacto mejoradas

Una vez conseguido esto, ya se tenía una formula perfecta como material de lentilla, comodidad y alto paso de oxígeno. Con estos materiales se han conseguido permeabilidades al oxígeno tales, que provocan un edema corneal inferior al fisiológico, hecho que hace que ciertas lentillas estén aprobadas por la FDA o CEE para dormir un número de noches sin necesidad de retirarla del ojo para su limpieza. Este tipo de lentilla, a priori, es el que debe usarse como lentilla terapéutica.

Uno de los mayores inconvenientes en la tolerancia y comodidad en el porte de lentilla, es la suciedad que se acumula en la superficie de la lente. Es diferente la composición de los depósitos que se pueden encontrar en la lentilla, como proteínas, lípidos, suciedad del ambiente, cuerpos extraños, etc.

Este cúmulo de desechos, puede provocar problemas en la superficie corneal, que van desde las infecciones y problemas de tolerancia, hasta las alergias. Motivo por el cuál los laboratorios estudian los materiales de sus lentes de contacto, para determinar el reemplazo más seguro para el usuario, a pesar de la limpieza diaria a la que se debe someter la lentilla, de ahí que existan lentillas desechables diarias, semanales, quincenales, mensuales o trimestrales.

 

Las soluciones únicas como método de limpieza

Con este tipo de lentilla, lo más común y sencillo es usar como líquido de limpieza, una solución única. No todas las soluciones únicas son iguales, por lo que deberemos seguir los consejos de nuestro contactólogo a la hora de elegir la mejor opción.

Debemos evitar elegir la solución única, según el precio o la oferta. Al no tener todas las soluciones únicas la misma composición, puede que alguno de sus componentes puedan causarnos cierta irritación o incluso alergia, por lo que si cada vez usamos una solución distinta, nunca sabremos la que nos ha causado esa alergia o intolerancia, ya que los efectos, en algunas ocasiones, no son inmediatos.

En resumen, en caso de usar lentes de contacto blandas, deberíamos de usar lentes de hidrogel de silicona, y ajustar el reemplazo de acuerdo con el número de días que se vayan a usar a la semana, y el tipo de actividad o ambiente donde se usen. Además, en caso de necesitar una solución única para su mantenimiento, debemos de elegir la más adecuada y no intercambiarla con otras soluciones únicas para evitar reacciones adversas.

En caso de usar lentillas desechables diarias, sería recomendable disponer de una solución salina o suero fisiológico para su aclarado, ya que de esta manera facilitaremos la inserción, y en caso de suciedad en la lentilla o que se nos caiga a la hora de manipular, tendremos una solución inocua con la que aclararla.