Sign up with your email address to be the first to know about new products, VIP offers, blog features & more.

¿Quién inventó la operación de cataratas? Datos curiosos

¿Sabías que la oftalmología fue la primera rama especializada de la medicina? Ya desde la Antigüedad el cuidado de los ojos fue un tema de inquietud e investigación por parte de los eruditos. Dentro de todas las enfermedades oculares que ya se conocían, destacan las cataratas, una enfermedad tan común que hoy en día es la principal causa de ceguera en el mundo y que, ya se trataba en la antigüedad. Por eso, a continuación, vamos a hacer un recorrido por la evolución de la oftalmología y, en concreto, por la historia de la cirugía de cataratas.

Antes de seguir, recordemos que las cataratas son una enfermedad que genera una opacidad en el cristalino, ese tejido transparente en la parte interna del ojo que permite la visión de cerca y de lejos. A lo largo de los años la eficacia de este tejido va disminuyendo, lo que obliga al uso de lentes oculares para facilitar la visión. Junto con esto, es posible que también se pierda transparencia, apareciendo así las cataratas y limitando la visión incluso con gafas.

Como apuntábamos, las cataratas son un problema tan común, que desde muy pronto atrajeron el interés de médicos y científicos. En la actualidad, en muchos países la operación de cataratas es un procedimiento muy común con escasos riesgos, pero no siempre ha sido así.

Un poco de historia: desde los egipcios a la actualidad

Los egipcios, famosos por sus vastos conocimientos astronómicos y científicos, también fueron grandes médicos. De hecho, el tratado de medicina más antiguo que se conoce data del Antiguo Egipto y se remonta hasta el 1550 a.C. Se trata del llamado Papiro de Ebers, que recoge en 877 apartados diversas enfermedades de la vista y sus prescripciones.

De este periodo data la primera intervención quirúrgica para combatir las cataratas, la llamada técnica del reclinamiento o del abatimiento. Este procedimiento consiste en incidir en la pared del ojo con una aguja empujando el cristalino para abatirlo hacia el interior del ojo. Evidentemente, el índice de fracaso de esta técnica era bastante alto, era muy fácil que generara complicaciones y el postoperatorio era complejo.

Aun así, a falta de otra técnica mejor y como la alternativa era la ceguera, esta intervención fue muy extendida por todo el mundo y, de hecho, se sigue utilizando en algunas zonas remotas de África y Asia. Por ejemplo, tenemos testimonios de cirugías de este tipo llevadas a cabo con éxito durante la Grecia clásica y el Imperio romano. Así mismo, aparece una alusión a este procedimiento en el Susruta Samhita, un tratado de los siglos III-IV donde se recogen los conocimientos de la medicina ayurveda tradicional india.

Durante la Edad Media destaca la invención de las gafas a partir de las bases teóricas de Alhacén (s. XI). Este erudito y astrónomo árabe desarrolló los preceptos de Séneca, que utilizaba una bola de cristal llena de agua para facilitar la lectura, y propuso el uso de las llamadas “piedras de lectura”: cristales de cuarzo pulido que funcionaban como lupa. Algunos siglos después, en el s. XIII, estos cristales se engarzaron en una montura, tomando la forma de primitivas lentes. Por esta época, en China estos mismos cristales de cuarzo se ahumaban para dar lugar a las primeras gafas de sol de la historia.

En cuanto a las cataratas, de este periodo data la que probablemente sea una de las intervenciones oftalmológicas más famosas de la historia: el médico judeo-catalán Abnarrabí, un cirujano, oftalmólogo y astrólogo cabalista del siglo XV, logró operar de cataratas con total éxito al rey Juan II de Aragón, el padre de Fernando el Católico.

No fue hasta la Ilustración, en 1748, cuando se produjo la siguiente gran innovación en el tratamiento de las cataratas. Jacques Daviel, oftalmólogo francés, desarrolló la técnica extracapsular que partía del método tradicional utilizado hasta entonces, pero realizando una pequeña incisión en la parte inferior de la córnea para extraer mediante presión los restos del cristalino. A continuación, se vendaba el ojo para su recuperación. Este proceso era mucho más seguro y eficiente, aunque también tenía complicaciones y efectos secundarios.

A partir de entonces, la operación de cataratas se fue perfeccionando, pasando de la técnica intracapsular a la extracapsular, hasta que Harold Ridley inventó la lente intraocular (LIO) después de la Segunda Guerra Mundial. Se dio cuenta de que los pilotos ingleses tenían trocitos de astillas de plástico acrílico, procedentes de las ventanas de los aviones y que los toleraban perfectamente sin producir infección ni inflamación. (https://acatimes.com/) Así se le ocurrió implantar la primera LIO el 29 de noviembre de 1949, en el Hospital St Thomas de Londres. Esto permitió afinar mucho la cirugía de cataratas y, sobre todo, facilitar el postoperatorio.

Charles D Kelman: facoemulsificación para el tratamiento de las cataratas

A la técnica de Ridley se le sumó otro gran avance por parte de Charles D Kelman, cuando se introdujo la facoemulsificación. Mediante ondas ultrasónicas se ablanda la lente del ojo para poder romperla antes de su retirada, haciendo que el tamaño de las incisiones se pueda reducir de entre 6 y 7mm a solo 3,5mm. Además, esta reducción de la incisión permite que no haga falta dar puntos de sutura.

Desde entonces se han ido perfeccionando las técnicas y los instrumentos y, hoy en día, con el láser de Femtosegundo, la operación de cataratas es una intervención rápida, con un riesgo mínimo de complicaciones o efectos secundarios y un postoperatorio sencillo.

Unidad de córnea y cristalino - Número de colegiado: 330846050