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Cirugía Láser PRK: ¿qué es y en qué casos se utiliza?

Los defectos refractivos, como la miopía o el astigmatismo, son una de las afecciones oculares más comunes en todo el mundo. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad entre un 30% y un 40% de la población mundial vive con miopía, y todo apunta a que estas cifras irán a más: los datos estiman que para el 2050 el 50% de las personas de todo el mundo tendrán este problema de visión, que ascenderá al 55% entre la población europea. 

Afortunadamente, en muchos casos es sencillo corregir estos defectos visuales, bien con el uso de gafas o lentes de contacto o, de manera más permanente, mediante la operación de miopía. Como sabemos, esta solución puede llevarse a cabo a través de la inserción de una lente intraocular o con cirugía láser. Dentro de la cirugía láser, más extendida, hay varias posibilidades. Una de ellas es el láser PRK, una técnica menos habitual pero necesaria en determinados casos. 

Si tu consulta de oftalmología te ha recomendado una cirugía con láser PRK, este es tu artículo. Encontrarás lo que necesitas saber sobre el proceso y el postoperatorio. ¡Sigue leyendo para aprender todos los detalles! 

¿Qué es el láser PRK? 

Como comentábamos, la cirugía láser, o el láser excímer, es el mecanismo más habitual para corregir la miopía. Mediante este proceso, preferido para personas con no más de cinco o seis dioptrías, el láser talla la córnea, alterando su forma para paliar el defecto refractivo. Dentro de esta opción hay dos posibilidades: la técnica LASIK o la técnica PRK.  

Al contrario que con la técnica LASIK, donde primero se hace un corte en la córnea con un láser de femtosegundo y luego se talla la córnea con láser excímer; la cirugía láser PRK utiliza solo excímer directamente sobre la córnea. Primero se retira el epitelio de la córnea y después se aplica el láser para modificar la curvatura, corrigiendo el defecto refractivo de una manera precisa. A continuación, se instila una solución con mitomicina para que deje actuar durante unos segundos, para terminar lavando el ojo con abundante suero fisiológico. (www.nuestra-gente.com) Durante todo el proceso, que dura unos 5 minutos por globo ocular, el ojo está anestesiado para minimizar las molestias. 

Al finalizar la cirugía, se suelen utilizar lentes de contacto blandas a modo de tiritas que protegerán el ojo mientras el epitelio se va regenerando, un tiempo que puede variar entre 3 y 7 días. A partir de entonces, al retirar esta protección, el paciente irá recuperando poco a poco su visión.  

¿Cuándo se utiliza la cirugía láser PRK? 

Según explicábamos al comienzo, la cirugía láser PRK es menos habitual que el láser LASIK porque este último no presenta ninguna complicación en la recuperación. Aun así, hay casos de pacientes con la córnea demasiado débil o fina para la técnica LASIK cuya única manera de corregir los defectos refractarios de la visión de manera permanente es el método PRK. El láser evapora el tejido estromal, afectando a más tejido cuanto más altas sean las dioptrías.  

De igual modo, la cirugía LASIK no está indicada en personas con historial de ojos secos, ni para quienes practiquen de manera habitual deportes de contacto o realicen trabajos donde exista el riesgo de recibir un golpe en el ojo.  

El posoperatorio del láser PRK 

El láser PRK se utiliza solo en casos donde no se pueden recomendar otras técnicas porque presenta un posoperatorio más molesto que en otros procesos, y además la recuperación de la visión se hace de manera más lenta. Por ejemplo, la visión media el quinto día tras la retirada de las lentes de contacto ronda el 70%, mientras que con la técnica LASIK la recuperación es más rápida. 

Aun así, las personas que se someten a una cirugía láser PRK pueden volver a hacer vida normal pronto. Por ejemplo, a partir de la semana ya se puede practicar cualquier tipo de deporte de manera habitual, y, después de los 15 días, se podrá volver a nadar, siempre con gafas de natación o buceo en los 3 primeros meses. De igual modo, el uso del maquillaje está indicado a partir de la semana, y, según el trabajo que desempeñen, las personas recién operadas se podrán volver a incorporar en ese plazo de tiempo o incluso antes.