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¿Cómo afectan las erupciones volcánicas al ojo humano?

Seguro que en algún momento has visto en los informativos esa noticia de cómo un intrépido, ambicioso y, por qué no decirlo, temerario viajero se ha acercado demasiado a observar la singularidad de un volcán. Sin tener en cuenta los peligros que esta acción puede conllevar, ha querido aproximarse solo un poquito más para intentar mejorar esa foto que quiere conservar para el recuerdo. Al verle te habrás alarmado, y puede que hasta hayas empezado a sentir cómo la tensión recorría tu cuerpo. Por si se le caía el móvil o por si se llegaba a resbalar. Pero, ¿te habías parado a pensar en sus ojos? Sí, en sus ojos. Porque resulta que el ojo humano es tremendamente sensible a la ceniza, los gases y el aumento de la temperatura. Desde luego tres elementos que bien pueden encontrarse alrededor de una zona volcánica. ¡Quédate leyendo este artículo! Ya verás como cuando lo termines vas a saber por qué las erupciones volcánicas pueden afectar gravemente a tu salud ocular.

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Erupciones volcánicas:¿qué peligros entrañan para el ojo humano? 

La actividad volcánica ha cambiado la historia de la humanidad. Ha favorecido la fertilidad del suelo, la formación de manantiales o el desarrollo de múltiples especies. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Y al igual que podemos afirmar que las erupciones volcánicas acarrean múltiples beneficios, también conllevan una serie de inconvenientes. De hecho, tienen consecuencias en la salud de las personas que llegan incluso a afectar en el ojo humano. Principalmente enfermedades relacionadas con su capa más superficial. Entre ellas podemos citar la herida en la córnea, la abrasión corneal, la queratoconjuntivitis o el síndrome de ojo seco. Así que además de los vulcanólogos, los geólogos o los sismólogos, también los oftalmólogos ponen la mirada sobre los distintos fenómenos volcánicos que ocurren a nuestro alrededor.

Quemaduras oculares

Las quemaduras y las abrasiones corneales se producen por el contacto con las nubes de ceniza volcánica debido a su naturaleza abrasiva. Dicha ceniza está compuesta por gases ácidos y roca pulverizada con un tamaño inferior a los 2 milímetros. De hecho, ha podido comprobarse que la alta concentración de estas partículas de ceniza puede llegar a matar las células epiteliales conjuntivales.

O sea, que nada tiene que ver la ceniza volcánica con el polvo gris que queda después de usar la chimenea de una casa rural, de una barbacoa doméstica o de un incendio forestal. La composición química de la ceniza volcánica dependerá de la fuente del magma. Pero, generalmente, el vidrio volcánico alberga alto contenido de sílice en su composición. Un mineral de alta dureza que puede generar queratitis, conjuntivitis irritativa, erosiones o úlceras corneales.

Habitualmente, las personas afectadas acuden a urgencias afirmando sentir un cuerpo extraño en el ojo, quemazón, escozor o lagrimeo persistente por la alteración de la vía de drenaje lagrimal. Por otra parte, quienes han entrado en contacto con las nubes de ceniza volcánica también suelen padecer conjuntivitis bilateral irritativa, hiperemia conjuntival mixta o secreciones mucosas que producen una visión borrosa del entorno.

Problemas causados por los gases del volcán

Sin duda, los flujos piroclásticos son mucho más peligrosos que la lava que emana del volcán. ¿Por qué? Sencillamente porque mientras que la materia derretida volcánica tiene un desplazamiento lento, las olas de gas a elevadas temperaturas se desprenden a gran velocidad. Además de vapor de agua, los volcanes expulsan distintos gases tóxicos. Entre ellos, podemos destacar:

  • El ácido clorhídrico.
  • El arsénico.
  • El bromo.
  • El dióxido de azufre.
  • El dióxido de carbono.
  • El magnesio.
  • El mercurio.
  • El monóxido de carbono.

Las emanaciones gaseosas de los volcanes comprenden aquellos fluidos que en un principio se encuentran disueltos en el magma. Tras haberse producido la erupción volcánica, estos gases se introducen a presión en la atmósfera a gran velocidad. Un hecho que, en función de la concentración de los gases, propiciaría las heridas químicas en los ojos, así como la lluvia ácida, la alteración de la calidad del agua potable, o el aumento de la concentración de luz infrarroja en el ambiente. Como resultado, los tejidos externos del ojo experimentarían desde un sobrecalentamiento hasta quemaduras.

Cómo afecta la temperatura al ojo humano

Sabemos que las altas temperaturas afectan a nuestro organismo. Los mareos, los calambres o el cansancio son solo algunos de los efectos más conocidos del calor. Pero ¿qué hay de nuestros ojos? El ojo humano es una de las partes más sensibles del cuerpo y sufre una serie de alteraciones cuando se producen fuertes cambios en la temperatura exterior.

La sequedad ocular es una de los principales efectos que el calor tiene sobre los ojos. Lo que puede producir alteraciones en su funcionamiento como puede ser, por ejemplo, la dificultad para ver con nitidez. Cuando la temperatura exterior supera los 40 grados Celsius, las lágrimas se dividen, no humedecen el ojo de forma adecuada y no pueden llegar a proteger la córnea. Como consecuencia, además de la sequedad ocular, se produce irritación y enrojecimiento en los ojos.

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¿Cómo proteger los ojos ante una erupción volcánica?

Para intentar proteger tus ojos de todos los posibles problemas que hemos ido viendo a lo largo del artículo, puedes tener en cuenta estas recomendaciones. ¡Toma nota!

  • Utiliza gafas protectoras lo más herméticas posibles a fin de que tanto las partículas como los gases no puedan entrar en contacto con la superficie ocular.
  • Procura no usar lentes de contacto para que ninguna partícula nociva quede atrapada , ya que la lente de contacto puede actuar de esponja para el polvo
  • Evita exponerte a las cenizas volcánicas alejándote del foco de emisión. Todo ello siguiendo las recomendaciones expuestas por las autoridades sanitarias que insisten en lavar la cara en caso de contacto, cuidar los ojos con lágrimas artificiales y evitar el frotamiento al rascar.

Además, en caso de que tu lugar de residencia esté próximo a una zona en la que ha habido una erupción volcánica debes, por un lado, cerrar puertas y ventanas, y por otro, apagar los aparatos de aire acondicionado o de calefacción.

Qué hacer si se detectan daños en los ojos por la erupción

Si tus ojos ya han sido afectados, procura no frotarte los ojos. Las micropartículas pueden actuar como agujas diminutas y dañar tu globo ocular. Además, utilizando lágrimas artificiales o suero fisiológico puedes conseguir retirar las partículas que se hayan quedado en la superficie del ojo. No obstante, intenta acudir cuanto antes al oftalmólogo. Como has podido comprobar a lo largo del texto, las erupciones volcánicas pueden tener importantes repercusiones en el ojo humano.